De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
«Una vez tuve un clavo, clavado en el corazón. Y ya no me acuerdo si aquel clavo, era de oro, hierro o AMOR.»
~ Rosalía de Castro escribiendo una metáfora sobre un "Gran Amor".
«Adiós ríos, adiós fontes. ¡Adiós regatos pequenos!»
~ Rosalía de Castro quedándose ciega.
Rosalía de Castro fue la más grande cocainómana escritora de Galicia y, como mujer femenina, dama de sexo femenino y hembra, también de la Península Ibérica. Más conocida fuera del territorio español por inventar el concurso "Miss Universo".
Desde la infancia Rosalía mostró gran interés por la escritura. A sus padres les dejaba mensajes en los pañales. También se puede denotar que fue muy rebelde.
A eso de los 4 o 5, aunque sus padres se lo prohibieron, empezó a escribir graffitis invocando la libertad sexual, solicitando que le entregasen su bocadillo, reivindicando la abolición de la Inquisición y de la esclavitud.Esto último hacía gracia entre sus contemporáneos, por lo que continuó con el humor con cosas como hablar de la pilila, la reivindicación de la lengua gallega, el pipí y el popó.
La etapa escolar fue especialmente dura. Sufrió la desdicha de Acudió a un colegio de curas por culpa gracias a su padre que era uno de ellos. Como era lo normal en los colegios de curas de la época, se separaban hombres y mujeres, por lo que Rosalía tuvo que reprimir su bisexualidad.
Tras 2 años intentando ocultar que era más puta que las lobotomoía[1] [2] con la que se convirtió en una ferviente católica, se posicionó en contra del aborto, en contra de los condones, en contra de la Teoría de la Evolución de Darwin, en contra del pimiento, en contra de las mujeres, de las izquierdas políticas...
Terminó los estudios con todo dieces, porque estaba enchufada estudiaba mucho y hizo trabajos extra ponía mucho empeño en las redacciones, y decidió buscar un trabajo. Como la cosa no estaba para tirar cohetes en Galicia, tuvo que aceptar un puesto de cajera en el Gadis.
Rosalía se centraba mucho en su trabajo y cuando volvía a casa se pasaba el día leyendo libros de Tolstoy, Joyce, Dostoievski y Luis Piedrahita, pero con el tiempo las chonis sus compañeras de curro la convencieron para salir Los fines de semana e ir a las fincas de los chicos más guays del pueblo a hacer botellón.
Como es normal en la primera noche que una mujer asiste a un botellón, bebió con moderación las 455 copas de licor de herbas que le ofrecieron. Como consecuencia, la fauna presente se peleó durante horas hasta determinar quien era el macho dominante que precedería en la noble costumbre de empotrar salvajemente a la muchacha ebria.
Como resultado de la violación, Rosalía se recluyó en un pequeño monasterio en Oia con la intención de enmendar en error cometido y flagelarse 500 veces diarias como penitencia por el placer recibido. Esto todo lo compaginaba con la clandestina producción de libros eróticos, cartas de amor y demás manuscritos de temática similar en honor al acto sexual que mantuvo con el hijo de Gimli, Manuel Mugía de las Vacas Marelas y Sotomayor.
Mantuvo su vida como monja hasta que su padre murió por tuberculosis. Entonces fue cuando volvió a su pueblo natal.
Poco después de regresar descubrió que su desvirgador oficial era el hijo del cacique del pueblo, con plausibles opciones de heredar ese cargo.
Un cúmulo de sucesos fueron los que llevaron el amor puro, platónico, casto… de los muchachos a consumarse con la boda (de la otra forma ya se había consumado) en una discoteca de Louredo, lugar del cual Manuel tenía que partir a Madrid para hacer la mili.
Rosalía siguió sus pasos pocos meses después, haciéndose pasar por un hombre Miguel el Sevilla para poder hacer la mili con su marido.
Cuando terminaron la mili, Manuel Muguía fue enviado en misión especial a la Isla de Perejil, quedándose Rosalía sola en Madrid.
Las malas lenguas dices que en ese tiempo la proporción ahorros-gastos era descomunal y Rosalía se metió al mundo del Yara Lamas. Para validar este argumento se apoyan en las numerosas ladillas que tenía. La verdad es que retomó su producción literaria, con un contenido menos erótico puesto que su marido ya la había satisfecho los últimos años a base de bien, trabajando como becaria chupapollas oficial del director de un periódico de izquierdas madrileño conocido como El Mundo. Además, muchas noches las dedicaba a la escritura de la letra pequeña de las instrucciones de utensilios de gran utilidad como el sacho, una sartén, unos nunchakus, un vibrador… agudizando la ceguera que le acompaño hasta el día de su muerte, poco tiempo después cuando confundió a Chuck Norris con un venerable anciano. El hecho de las ladillas se explica por la ausencia de higiene de la época en Castilla.
Antes de que su marido regresase, Rosalía se había mudado a las montañas del Courel, por error, ya que quería ir a las hermosas playas de Vigo.
Fue recibida con honores por la gran mayoría de los borrachos del pueblo, grandes fans de sus historietas eróticas. Con ayuda del gentío local se hospedó en la vivienda más lujosa del pueblo donde, con intención de renovar su imagen revolucionaria. Para eso fundó la TVG, en colaboración de un vejestorio antipático, y presentó un programa diario de tertulia y debate con un conejo y una lura, en el que criticaban la mala gestión de recursos del rey de Castilla.
Un día, salía de comprar pimientos de padrón del super cuando se encontró a Chuck listo para cruzar la acera. Rosalía quiso enhebrar los brazos para ayudarlo a cruzar, pero por error le metió la mano en el culo. Fue una muerte horrible y sangrienta.
Cuenta la leyenda que en realidad su muerte se debió al aire que le pegó un sapo defunto (otra versión dice que la Bruja Lola le puso dos velas negras). El malestar fue inmediato y regresó a la Coru y murió en Padrón comiendo pimientos picantes porque un curandero le había dicho que le podrían salvar. Su único efecto fue una alucinación en la que ella estaba en Matrix con el señor Smith en una tabla de surf, y que de pronto, el mar se convertía en desierto y se le aparecía Alá con un parche en el ojo y los saqueaba por infieles.
Durante su corta pero ajetreada vida no paró de crear y crear, pero el cerebro humano no es capaz de soportar ni derrochar tanta imaginación por si solo.
Rosalía de Castro se inspiraba en grandes artísticas como Homero, Fidias, El Chupacabras, Walt Disney…
Durante sus tiempos de reflexión y meditación antes de producir escuchaba a Bethoveen y veía películas de Terminator.
Cuando esto no le funcionaba acudía a su mayor inspiración artística: Santa Teresa de Jesús, Fray Luís de León y San Juan de la Cruz; y como ellos se metía unas rayas de coca o se hacía un submarino, dependiendo de lo que le llamase más en el momento.
Los expertos discrepan en la utilización de la masturbación como método de inspiración y motivación a la hora de escribir, pero los últimos descubrimientos muestran una cinta de vídeo en la que realiza esta práctica mientras escribía “Follas Novas” por lo que hasta el momento se piensa que era un método de inspiración esporádico propio de su primer período obsceno-literario.
Rosalía de Castro fue una gran innovadora dentro del terreno musical; casi tanto como en la literatura. Fue la primera persona en España en cantar en inglés.
Entre su repertorio se encuentra el estilo Funky, el Black Metal, el Country y el Rumba Fusión.
Su canción más conocida es “Don’t Break my Heart” (No rompas más…) una conversión al estilo musical depurada de su famoso poema “Tengo un clavo en el corazón”. En su testamento le cede los derechos de autor a un gran amigo de la infancia con el cual tuvo una hija. [6]
El tema musical podría ser el ámbito artístico que tomó con más seriedad pero no llegó a triunfar por el hecho de que en todos los grupos que formaban sus compañeros buscaban la oportunidad de acostarse con ella. Cabreada, al cuarto intento fallido de formar un grupo decidió componer para otros.
Entre los grupos para los que trabajó destacan:
Su obra escultórica se compone de tres fases muy simples:
No se conserva ninguna de sus obras porque se sabe que se esnifaba los productos pigménticos para poder escribir.
Los estudios posteriores sobre la vida y obra de Rosalía de Castro han descubierto, por ejemplo, que fue la inventora del Celta o su descubrimiento sobre la resurrección de los muertos, entre otros hechos póstumos.
Es por eso que, agradecidos con su muerte, se le dedicó el primer día de las letras gallegas, coincidiendo con el día de su muerte, para así grabar en la memoria colectiva esta fecha e impedir su regreso a la vida como zombie. [7]
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